¿Te ha pasado que conoces a alguien y sientes que estás escuchando tu propia historia… pero con otro acento?
Bueno, así fue mi conversación con Mey: una charla suave, honesta y llena de coincidencias migratorias que casi parecía un espejo. Ella, ecuatoriana como yo; también vivió en España antes de aterrizar en Suiza; también vino como Au Pair “solo un verano”… y terminó quedándose. Cosas de la vida y del destino —o del alemán, que a veces te atrapa sin darte cuenta.
Lo curioso es que hablar con ella fue como abrir una ventana a esos cambios que te moldean sin pedir permiso. Porque sí, aprender un idioma tan literal como el alemán te cambia el carácter (lo quieras o no). Y emigrar… bueno, emigrar siempre te arranca pedacitos y te deja otros nuevos. Mey lo vivió igual que yo: esas contradicciones internas, esa mezcla entre perder identidad y reencontrarla después, pero más fuerte, más sincera y más tuya.

También hablamos de su etapa creando contenido y construyendo una comunidad enorme. Hoy está en pausa —y está bien. Porque a veces parar no significa renunciar, sino priorizar. Elegir la vida real antes del algoritmo. Y en ese silencio creativo, Mey ha descubierto nuevas áreas en las que quiere enfocarse, más personales, las más importantes.
Su emprendimiento con sombreros de paja toquilla es otro puente bonito que mantiene viva su conexión con Ecuador. No es solo un negocio: es cultura, es memoria, es orgullo. Es su manera de llevar un pedacito de casa a cada persona que se pone uno de esos sombreros hechos con historia. Y entre todo eso, lo que más la define es su autenticidad: una cualidad que la ha acompañado en cada etapa y que, según ella, es lo que realmente la ha ayudado a encontrarse durante tantos cambios. Al final del post dejo el enlace al episodio, por si quieres escucharlo.
Y bueno… Mey, si lees esto, déjame decirte que conversar contigo fue como hablar con una versión paralela de mí misma. Gracias por tu transparencia, por tu voz tan tuya, y por recordarnos que la identidad no se pierde: simplemente evoluciona.
Bis bald. 💛


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